Con frecuencia, las campañas educativas orientadas a la prevención de la diabetes mellitus están dirigidas a adultos, debido a la alta prevalencia del tipo 2 de esta enfermedad, caracterizada por la resistencia a la insulina que suele ocurrir a edades avanzadas. Esto ha originado la carencia de información relacionada con la diabetes tipo 1, también conocida como diabetes juvenil, que causa la deficiencia absoluta de insulina, debido a la destrucción de células pancreáticas.
El doctor Daniel Marante, endocrinólogo y miembro de la Fundación Amigos contra la Diabetes –FADI- comentó que la diabetes tipo 1 suele presentarse durante la edad pre-escolar y escolar, con un aumento de incidencia en la pubertad. Asimismo, destacó que la patología no es exactamente hereditaria, pero sí hay una base genética que provoca un riesgo aumentado de presentarla al existir antecedentes familiares. “Este riesgo oscila entre 5 y 15%, mientras que es menor de 1% si no se tienen familiares que hayan desarrollado la enfermedad”, dijo.
Orinar con frecuencia, sensación de sed constante, pérdida de peso, fatiga extrema, visión borrosa, irritabilidad y cambios en el estado de ánimo son los síntomas más comunes de la enfermedad. Si esta patología no es reconocida y no se inicia oportunamente una terapia farmacológica, acompañada por cambios en los hábitos alimenticios, a largo plazo pueden manifestarse dolores de estómago, nauseas, vómitos, mal aliento, problemas de respiración e incluso pérdida de conciencia.
El especialista indicó que para tratar la enfermedad se requiere un equipo multidisciplinario, integrado por endocrinólogos, pediatras, nutricionistas y educadoras en diabetes. Igualmente, señaló que con frecuencia los padres y/o los niños requieren apoyo psicológico, por la depresión y el estrés relacionado a la diabetes.
Una buena educación diabetológica, paciencia y amor por parte de los padres son fundamentales para contrarrestar esta afección. “La responsabilidad de una buena disciplina alimentaria es enteramente de los representantes cuando el niño es muy pequeño, y debe irse pasando gradualmente al paciente a medida que crece”, recomendó el galeno.
En cuanto a las opciones farmacológicas, el endocrinólogo comentó que los pacientes con diabetes tipo 1 requieren la administración constante de insulina, tanto de acción rápida como prolongada. Puntualizó, además, que existen modernos análogos de insulina como lo son la insulina glusina y la insulina glargina, los cuales son muy convenientes para lograr el control de la enfermedad con seguridad, precisión y confianza.
El doctor Daniel Marante puntualizó que lo más importante es que los niños
tengan una adecuada nutrición y que sus niveles de glicemia sean monitoreados
con cierta frecuencia. Ante cualquier alteración o anomalía lo mejor es acudir
al médico, quien realizara los exámenes necesarios para hacer un diagnóstico
certero y determinará la opción terapéutica a seguir para garantizarle la mejor
calidad de vida al paciente.
La Fundación de Amigos contra la Diabetes
desde hace más de 20 años organiza un campamento vacacional para niños y jóvenes
con diabetes tipo 1, en el cual se divierten mientras aprenden a cuidar su
salud. Casi todos los guías del campamento tienen también diabetes y en el
pasado participaron en actividades de este tipo, por lo que todos comparten sus
experiencias y aprenden a vivir con normalidad, a pesar de la enfermedad.
Fuente: Sanofi-Aventis
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