Una nutrición infantil deficiente puede ocasionar problemas a largo plazo. Se recomienda lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida, luego complementarla con otros alimentos que le proporcionen al lactante los nutrientes necesarios para su óptimo desarrollo
“El término leche entera de vaca puede confundir a algunas personas, haciéndoles pensar que este alimento le proporciona a los bebés los nutrientes necesarios para la correcta formación y maduración de su organismo. Sin embargo, se ha demostrado que estos lácteos tienen un alto contenido de grasas y carecen de micronutrientes esenciales el desarrollo de los niños, por lo que no se recomienda su consumo antes de los primeros cuatro años de vida”, así lo explicó el pediatra Federico Ortega del Instituto Clínico Camoruco de Valencia.
El galeno, quien ha realizado diversos trabajos sobre la importancia de la nutrición en los primeros años de vida, enfatizó que la lactancia materna es el alimento ideal para los niños, proporcionándose de manera exclusiva durante los primeros seis meses e incorporando progresivamente otras comidas.
Aún cuando las excepciones médicas a la lactancia materna son pocas: que el bebé tenga intolerancia a la lactosa o la madre esté diagnosticada con tuberculosis, virus de inmunodeficiencia humana o recibiendo medicación para controlar la función de la tiroides, entre otras. El galeno comentó que la mayoría de las madres venezolanas sólo amamantan de forma exclusiva durante los primeros tres meses de vida, interrumpiéndola por compromisos laborales o porque el manejo de una técnica de amamantamiento deficiente disminuye su producción de leche.
Según el especialista en pediatría, cuando las madres ven disminuida su producción de leche comienzan a introducir nuevos alimentos en la dieta del bebé, se pierde el estímulo de succión de las mamas y se detiene paulatinamente la producción de leche materna. “El problema viene cuando la madre ansiosa por satisfacer el apetito del bebé le proporciona alimentos inadecuados, como la leche entera de vaca, cuyo alto contenido graso puede causar obesidad infantil”, agregó.
La nutrición infantil durante los primeros dos años de vida debe contar con una composición de biofactores acordes con la madurez de su sistema digestivo y con sus requerimientos nutricionales. Algunos de estos micronutrientes como la taurina, luteína, selenio y zinc, no están presentes en la leche entera de vaca o su concentración en este alimento es insuficiente.
El doctor Ortega hizo hincapié en que la mejor manera de garantizar estos nutrientes es mediante la lactancia materna. Cuando la madre por razones de salud no puede amamantar, lo más recomendable es la administración de fórmulas lácteas infantiles que emulen la leche materna y provean los biofactores necesarios para optimizar el desarrollo físico e intelectual del pequeño.
Un círculo perfecto de nutrición
La pediatra y neonatóloga del estado Zulia, María Rueda, destacó la importancia de cuidar bien la alimentación de la madre, para asegurar que la composición de la leche materna sea capaz de satisfacer los requerimientos nutricionales del bebé, especialmente cuando se trata de niños prematuros que necesitan ganar peso de manera acelerada en los primeros meses de vida.
La neonatóloga explicó que la calidad de la leche producida por una madre desnutrida pudiera ser insuficiente para lograr el rápido desarrollo que requieren los bebés prematuros, por lo que es necesario complementar la lactancia materna con fórmulas lácteas infantiles especiales para estos casos, que promueven la ganancia de peso y son mejor toleradas por el sistema digestivo inmaduro del recién nacido.
Igualmente, la doctora Rueda señaló que la mala nutrición puede afectar la agudeza visual, la capacidad cognitiva y el crecimiento de los niños. A la larga, los niños mal alimentados pueden desarrollar enfermedades respiratorias, dislipidemia, obesidad, diabetes e hipertensión.
Fuente: Comstat Rowland
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