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Hay que cuidar la alimentación desde la cuna

Publicado por Mairim Gómez Cañas viernes, 16 de octubre de 2009

Los avances científicos ratifican que los hábitos alimenticios adquiridos desde la infancia inciden directamente en la salud de las personas, incluso en la adultez. La nutrición es determinante para tener una vida saludable, o por el contrario ser propenso a presentar enfermedades como la hipertensión, diabetes, dislipidemia, aterosclerosis, e incluso algunos tipos de cáncer.

Para lograr un óptimo desarrollo y ser saludable es básico recibir lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida. Este alimento contiene todos los nutrientes que necesita el bebé. Luego del primer semestre se puede combinar el amamantamiento con jugos de frutas, sopas y vegetales, incorporando alimentos progresivamente hasta que el pequeño se una a la dieta familiar, que debe contener proteínas, carbohidratos y bajas cantidades de grasa.

La pediatra Egidia Gómez, adscrita al Servicio de Pediatría del ambulatorio Renato Valera Aguirre de Pto. Ordaz, comentó que algunas madres desconocen el proceso de incorporación de alimentos y le dan a sus hijos cereales, pastas licuadas, verduras no recomendadas y leche de vaca, antes de los seis meses de edad. “Esto eleva el riesgo de que el bebé presente trastornos metabólicos, déficit neurológico, problemas renales o gastrointestinales, alergias y diarreas, debido a que estas comidas sobrepasan la cantidad de solutos que requiere la criatura, además sus sistemas digestivo y renal son muy inmaduros para procesarlas”, explicó.

La leche materna es fundamental en la dieta de un recién nacido porque contiene cantidades idóneas de ácidos grasos, aminoácidos y biofactores como la taurina, zinc, selenio, hierro y ácido fólico, que intervienen en el desarrollo de las funciones neurológicas y psicomotoras del lactante.

La también especialista en pediatría, nutrición y crecimiento, Nolis Camacho, quien trabaja en la Clínica del Niño del estado Mérida, señaló que en caso que la madre no pueda amamantar, lo más apropiado es alimentar al bebé con fórmulas lácteas infantiles que emulen la leche materna.

Las excepciones médicas a la lactancia materna sólo se presentan cuando la madre está diagnosticada con tuberculosis, virus de inmunodeficiencia humana,
hepatitis de cualquier tipo, cuando está bajo tratamiento farmacológico para
regular las funciones de la tiroides o está bajo régimen de quimioterapia. Por
parte del bebé, la causa más común de contraindicación de la lactancia materna
es la intolerancia a la lactosa.


La composición de las fórmulas lácteas infantiles es capaz de cubrir los requerimientos básicos de los bebés, como ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga, DHA, vitamina A, taurina y luteína, una sustancia que interviene en la agudeza visual.

Falsas creencias

La succión constante de las mamas no significa que el bebé esté insatisfecho o que la producción de leche de la madre sea insuficiente, sólo es un reflejo natural. Algunas madres se confunden y deciden complementar la lactancia antes de los seis meses, por temor a que el bebé no esté bien alimentado.

La gordura no es síntoma de salud. Aunque suele asociarse el sobrepeso infantil con la buena nutrición, este nexo es absolutamente falso; por el contrario, los niños obesos tienen más probabilidades de presentar diabetes tipo dos a temprana edad y tener un alto riesgo cardiometabólico.



Fuente: Comstat Rowland

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