La diabetes es una enfermedad que se caracteriza por el aumento de la glucosa, los lípidos y las proteínas en el organismo, generando deficiencia en la producción y en la calidad de la insulina. Desde el año 2007, la Federación Internacional de Diabetes y el Departamento de las Naciones Unidas de Información pública consiguieron que por primera vez las naciones del mundo reconocieran a una enfermedad no infecciosa como epidemia y amenaza mundial, al igual que se ha considerado con el VIH / SIDA, la tuberculosis y la malaria.
Este hito en la historia médica de reconocer la diabetes como una amenaza seria a la salud mundial es un llamado a todas las naciones para que desarrollen políticas de salud para la prevención, tratamiento y cuidado de la misma. Dentro de este contexto, la resolución también contempló el 14 de noviembre como el Día Mundial de la Diabetes, elegido por ser el aniversario de Frederick Banting, a quien, junto con Charles Best, se le atribuye el descubrimiento de la insulina
Existen dos tipos de diabetes: la diabetes tipo I, en la que los pacientes dependen de la inyección de insulina y la diabetes tipo II, más frecuente y ocasionada por la obesidad y el aumento de grasa corporal provocando la resistencia a la insulina en el organismo. El páncreas secreta más insulina, se agota o disminuye su secreción y mal controlada, produce complicaciones como: problemas de la vista que pueden llevar a la ceguera, problemas renales pues el riñón está forzado y disminuye sus funciones, insuficiencia renal y diálisis. La diabetes hace más frecuente la enfermedad cardiovascular, aumentando la probabilidad de hacer infartos, anginas, y accidente cerebro vasculares (ACV). En paralelo aparece la hipertensión arterial.
La diabetes mellitus tipo 2 es una enfermedad crónica con elevada morbilidad y mortalidad a nivel mundial. Su tratamiento primario consiste en mantener la glucemia en límites normales. Los estudios médicos han permitido incorporar una nueva clase de medicamentos que ayudan a controlar la glucosa del paciente que no ha obtenido buenos resultados con los fármacos orales usados habitualmente.
Rodolfo Catanho, médico internista, explicó que la vildagliptina pertenece a una nueva clase de hipoglucemiantes inhibidores de la enzima que regula la acción de las incretinas, destruyendo dichas hormonas a través de un proceso químico enzimático. Este medicamento estimula al páncreas para que aumente la liberación de insulina y hace que el hígado deje de producir glucosa.
Este medicamento es una terapia coadyuvante de fármacos ya existentes para el tratamiento de la diabetes como la metformina, sulfonilureas, tiazolidinedionas o insulina.
Catanho indicó que por ser un tratamiento coadyuvante, la vildagliptina permite al paciente controlar su patología, “disminuyendo en algunos casos la dosis que necesita para alcanzar las metas acordadas con el médico tratante y minimizando los efectos adversos de algunos antidiabéticos”.
La vildagliptina puede ser utilizada en todas las instancias de la enfermedad, desde la pre-diabetes, en la diabetes o en pacientes que requieren insulina luego de haber usado antidiabéticos orales (insulino-requirientes).
Además de los beneficios sobre el perfil glicémico, el paciente obtiene otros beneficios asociados a esta terapia, tales como su efecto neutro sobre el peso corporal del paciente, el control de sus niveles de presión arterial y de su perfil lipídico, lo cual se traduce en una mejor adaptación al tratamiento.
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