Cansancio excesivo, depresión, dolor o presión en el pecho,
palpitaciones rápidas, mareos, temblores, dificultad para respirar, escaso o
excesivo apetito, irregularidades en el ciclo menstrual, disfunción eréctil y
pérdida del deseo sexual son algunos de los efectos físicos y emocionales que
la Fundación de Hormonas, de la Sociedad de Endocrinología estadounidense,
asegura surgen como consecuencia del estrés crónico.
La reacción más común frente al estrés agudo es la de “lucha
o huída”, la cual desencadena una serie de hormonas –por ejemplo, cortisol y
adrenalina–, que intensifican la capacidad de concentración, respuesta y
fuerza. Esto es, el cuerpo se acondiciona para resolver el imprevisto. Sin
embargo, si esta situación de tensión permanece en el tiempo, el organismo no
tiene tiempo de recuperarse y estas hormonas se acumulan en la sangre causando
serios problemas de salud.
Al respecto, la Lic. Ohmelia Pacheco, terapeuta
psicocorporal del Instituto Médico Esteti-K y especialista en el manejo del
estrés, expresó: “Ante un hecho externo amenazante, el organismo tiene una
reacción física automática. Trata de protegerse y esconde todas esas memorias
celulares, que generan un cúmulo de angustias, miedos y ansiedad”.
Aunque la capacidad para manejar situaciones de presión
varía en cada individuo dependiendo de su percepción y su salud física en
general, todas las personas están expuestas a cierto grado de estrés, sea
físico, emocional o psicológico, por lo que resulta fundamental tomar medidas
prácticas para el manejo y alivio de la tensión nerviosa.
En ese sentido, las terapias psicocorporales representan una
efectiva herramienta, que permite identificar dónde se encuentra la tensión y
cuáles son sus causas, para poder controlarlas antes de que se conviertan en un
problema.
“Crear un ambiente de relajación y bienestar general es
fundamental para bajar los niveles de presión, por lo cual en la terapia
psicocorporal se conjugan los sentidos en un estado máximo de armonía, con la sinergia entre las técnicas de aromaterapia,
musicoterapia y los masajes”, explicó la Lic. Pacheco, experta en masajes thai,
tuina, californiano y sueco, así como en reflexología, terapia floral, terapia
aromática, acupuntura, moxibustión y Jin Shin Jyutsu.
Los masajes actúan directamente sobre los tejidos (cutáneo,
subcutáneo, miofascia, muscular, circulatorio, linfático y óseo) y equilibran
los sistemas y órganos, a través de la liberación de toxinas, adherencias y
espasmos musculares, que limitan el movimiento, la flexibilidad y causan
importantes dolores.
Además de las propiedades relajantes, los masajes tienen un
efecto rejuvenecedor, pues estimulan la recuperación del tono muscular y
aumentan su habilidad de absorción de nutrientes y eliminación de toxinas,
devolviéndole lozanía, tersura, y flexibilidad al cuerpo.
Asimismo, esta terapia logra adentrarse en el lado más
íntimo del individuo, para determinar y modificar su manera de enfrentarse a
las situaciones de tensión nerviosa, a través del contacto y la liberación de
los pensamientos y sentimientos, que permanecen
anclados en distintas partes del organismo. “De esta manera, se incluyen
tanto la parte psicológica como física en una terapia que más que explicarse
debe vivirse”, concluyó la Lic. Ohmelia Pacheco.
Para obtener más información puede visitar la página web
http://www.esteti-k.com.ve y el blog http://estetikvenezuela.blogspot.com/ o
escribir a estetik.venezuela@gmail.com
Fuente: Tips Imagen y Comunicación
Fuente: Tips Imagen y Comunicación
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