Las vacunas son un producto biológico elaborado
principalmente del virus que ocasiona la enfermedad, y que al ser administrado
de manera adecuada, estimula al cuerpo a resistir el ataque de cualquier
bacteria o virus. Desde hace más de 200 años, ésta es una de las medidas
sanitarias más eficaces para la prevención de enfermedades infecciosas en los
seres humanos a nivel mundial.
Si bien es cierto que al nacer somos inmunes a algunas
bacterias, poco después de abandonar la lactancia necesitamos protección para
las mismas. Los niños son los pacientes que mejor controlados están a la hora
de vacunarse; pero cuando el pediatra ha culminado con la jornada de vacunación
infantil, el adolescente que luego se convertirá en adulto, suele carecer de un
seguimiento para la aplicación de sus vacunas.
El esquema de vacunación es un medio de control que
representa una medida de seguridad social para aquellas personas que viajan con
frecuencia, tienen problemas respiratorios u otro tipo de afección que requiere
mayores cuidados. Este cronograma le indicará al usuario, cuál vacuna se
aplicó, la fecha de la primera aplicación y fechas tentativas de las próximas
dosis que suelen ser después de 30 días de la primera y posteriormente, a los 6
meses; obteniendo así, la verdadera inmunidad.
“Es necesario educar
a la población y dar a conocer que mediante la vacunación se pueden prevenir
muchas enfermedades las cuales pueden llegar a complicarse, entre ellas el
sarampión, la difteria, la tos ferina, el tétanos, la poliomielitis o parálisis
infantil, la rubéola, la meningitis, las paperas, la hepatitis A y B, la
varicela, el neumococo, la influenza, entre otras”, agregó la Dra. Sotillo , directora
Farmacéutica de la cadena Locatel.
Locatel ofrece este servicio bajo un estricto seguimiento al
usuario, donde se hace entrega de un carnet con todos sus datos, esquema de vacunación
y posteriormente se realiza una llamada a los pacientes para avisar el próximo
ciclo de vacunación.
A continuación algunas referencias de enfermedades
inmunoprevenibles:
• Influenza
o Gripe: se aplica una vez y tiene un año de validez. Se manifiesta con
secreción nasal, fiebre, malestar general, estornudos, dolor muscular y de
garganta.
• Fiebre
amarilla: se aplica una vez y tiene diez años de validez. Se presenta con
fiebre alta, dolor cabeza y muscular.
• Hepatitis
A: se aplica tres veces, después de la primera dosis a los 30 días y luego a
los seis meses. Produce inflamación en el hígado, fiebre, pérdida del apetito,
náuseas, dolor abdominal y coloración amarillenta en la piel.
• Hepatitis
B: se aplica tres veces, después de la primera dosis a los 30 días y luego a
los seis meses. Es más severa que la anterior, puede estar acompañada de dolor
de cabeza y abdominal, así como ictericia.
• Neumococo
o Neumonía: se aplica una vez al año o cada cinco (a consideración del médico).
Bacteria que ataca a los pulmones; también puede infectar la sangre y en
ocasiones al tejido que rodea al cerebro y médula espinal o meninges.
• Varicela
o Lechina: tiene dos aplicaciones. Produce comezón y granitos llenos de líquido
que al secar generan costras. Los adultos suelen presentar más complicaciones
que los niños.
• Toxoide
tetánico: se aplica cada cinco años en aquellas personas que practican deportes
extremos o manipulan objetos punzocortantes, que trabajan con hierro, basuras y
desechos.
Estas vacunas se aplican en el brazo, preferiblemente, por
medio de una inyección y muchas al ser suministradas pueden llegar a producir
dolor, fiebre y enrojecimiento el cual sede con un analgésico o con compresas
de hielo.